• Manejo de los recursos lingüísticos y no lingüísticos necesarios para participar en los intercambios
comunicativos con un grado de fluidez, precisión y naturalidad suficientes como para que sus
interlocutores no tengan que hacer un esfuerzo especial.
• Concienciación de la lengua que permita evitar errores que den lugar a malentendidos y utilicen
suficientes recursos como para salvar situaciones de ambigüedad y aclarar lo que el interlocutor ha
querido decir.
• Utilización de un repertorio lingüístico amplio, suficiente para expresarse con argumentos y matices,
sin errores importantes de formulación y con una pronunciación clara.